A la hora de cambiar el color o el aspecto de sus paredes, no hay que dejar de tener en cuenta las rayas, pues proporcionan un gran número de opciones en cuanto a colores, sombras, tipos de líneas y grosor. Presentamos algunas ideas que pueden hacer de un dormitorio de adultos (o de niños) un lugar elegante y distinto.

Rayas verticales para elevar el techo

Las rayas verticales, una de las opciones más utilizadas, dan una nueva dimensión a las habitaciones, pues proporcionan un efecto visual de altura; por lo que si crees que la habitación parece pequeña y el techo muy bajo, es una solución perfecta para hacerla parecer más larga, especialmente las combinaciones de negro y blanco, aunque se recomienda que las negras no sean demasiado gruesas.

Mucha gente pinta este diseño solo en una de las paredes del dormitorio, para evitar recargar, especialmente si elegimos colores vistosos. Se pueden pintar, por ejemplo, en la pared sobre la que se apoya el cabecero de la cama, dejando el techo y el resto de las paredes en colores suaves, como crema o blanco. Además, nos permite combinar el mismo diseño con elementos pequeños, como las almohadas, cojines o el tapizado de una de las sillas.

Escoge los colores que más te gusten y prueba a hacer el tapizado tú misma con una tela que imite el diseño seleccionado para la pared. Las rayas no tienen por qué ser exactamente del mismo tamaño, sino que se puede jugar con grosores e incorporar líneas finas de un color neutro, como el blanco. Tres tonos de verde (oscuro, pistacho y verde claro) con sus líneas blancas serán un gran acierto y darán un aspecto de bienestar y de elegancia al cuarto elegido. La decoración en los muebles y textiles de este cuarto deberá ser sencilla y es conveniente prescindir de estampados escandalosos que rompan el dinamismo que ya se encargan de dar las rayas.

Para un aspecto más sobrio, puedes incorporar al verde algunas líneas marrones, o probar combinaciones con colores tierra, incluso jugar con determinadas tonalidades de gris. Algo más atrevido, aunque con estéticos resultados, son las líneas en fucsia, rosa o incluso violetas, incorporando además un lila claro o de nuevo sirviéndonos del blanco. El rojo y colores chillones están menos recomendado para este tipo de cuartos, porque son colores que excitantes que invitan menos al descanso y son más susceptibles a cansarnos al cabo de un tiempo.

Si los colores escogidos son muy vistosos, otra opción sería pintar sólo la parte de abajo de la pared, dejando el resto del espacio en un color pastel. Por ejemplo, líneas verdes de dos tonos y marrones solo en el tercio más bajo de la pared y un color verde muy claro (casi blanco) para el resto de la misma.

Rayas verticales horizontales

Muchos decoradores siguen insistiendo en escoger los tonos claros y pasteles en los cuartos que inviten al descanso, como es el caso de los dormitorios. Si te gusta esta tendencia, pero quieres romper un poco con la forma tradicional de pintar, las líneas horizontales serán un gran aliado. Igualmente, puedes elegir solo una o dos paredes para incorporar este diseño. Una forma muy simple de hacerlo es combinar rayas rosa pastel y blancas de idéntico grosor, pintando franjas gruesas, de unos diez o veinte centímetros cada una. Otros tonos, además del rosa, serían el azul claro, el beige (intentando que haya una diferencia notable con el blanco para lograr el efecto) y el gris. Las combinaciones que incluyen elementos como el negro, el gris y el rojo son igualmente muy elegantes, pero se recomiendan más en lugares como salones u oficinas.

También, se pueden probar mezclas de colores que contrasten, como marrón oscuro, fucsia, color calabaza y pequeñas rayas en blanco. Al ser tan vistoso, se recomienda implantar este diseño sólo en el muro más importante de la habitación. Las rayas estilizan, pero si abusamos de ellas, también podrían hacer el efecto de “reducir” el cuarto.
Los tonos que combinan líneas amarillas y blancos son más adecuados para baños o pequeños cuartos de paso.

Rayas inclinadas

Además, puedes tener en cuenta la decoración que se sirve de rayas inclinadas; por ejemplo, incorporando elementos como rombos. Por ejemplo, daríamos un aspecto innovador pero con toques clásicos con una pintura que combine rombos grises y finas líneas blancas.

Rayas en zigzag: para los más atrevidos

Puede resultar audaz, pero si nos valemos, sin abusar, de unas rayas en zigzag el efecto puede ser de lo más dinámico e innovador. Hay que tener especialmente cuidado con este tipo de diseño y estar seguros que el efecto va a ser de nuestro gusto y no va a cansar al ojo, pero es una alternativa perfecta si se busca algo enérgico y distinto.

Si te gusta el efecto que las rayas hacen en los dormitorios, pero no te atreves con la pintura, puedes dejar las paredes a dos colores (o a uno, si te gusta el toque más tradicional) e incorporar las rayas en otros elementos, como en un cuadro puedes colocar encima del cabecero, en las cortinas, en la alfombra o en el mismo edredón.
A la hora de pintar una habitación, puedes valerte de diferentes instrumentos, como tiras adhesivas, para hacerlo tú misma, aunque es importante que las líneas estén rectas y bien pintadas. Si el diseño escogido es algo más complicado o no te atreves, es preferible contar con un profesional.