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En el hogar se acumulan multitud de gérmenes, pero hay algunas zonas que son más propensas o donde suele haber más. Con estos espacios y artículos habría que tener más cuidado si no queremos descuidar la limpieza y salubridad de nuestra casa.
Inodoro
No es sorprendente que el inodoro sea una de las zonas donde más se acumulen los gérmenes. Debido a su función, el retrete se debe limpiar y desinfectar casi a diario.Para mantener el inodoro desinfectado y libre de bacterias lo ideal sería limpiarlo todos los días o como mínimo dos veces por semana. Y no solo hay que hacer una limpieza superficial, no te tienes que olvidar de ninguna zona ni de los espacios ocultos.
Para limpiarlo de la mejor manera hay que utilizar siempre guantes y limpiar por dentro, y fuera. Un truco para que sea más fácil llegar a todos los rincones es quitar la tapa del asiento. Y tampoco hay que olvidarse del depósito de agua. Son pocas las personas que limpian esta parte del retrete, pero hay que tener en cuenta que alberga agua estancada por lo que de vez en cuando tendrías que vaciarlo y limpiarlo.
Estropajos y trapos de cocina
La cocina en general es otra zona del hogar propensa a albergar gérmenes. Pero concretamente, más aún en los estropajos y trapos de cocina. En muchas ocasiones, se friegan los platos y no se escurre bien el estropajo. También, es habitual pasar un trapo por la encimera u otra superficie para eliminar la suciedad y después no limpiar el propio trapo.
Para evitar que estos utensilios se conviertan en una fuente de contaminación basta con aclararlos con agua después de utilizarlos, escurrirlos bien y dejarlos secar. También puedes ponerlos en remojo con agua y un chorro de lejía. Y hay que sustituirlos periódicamente.
Fregadero
Platos acumulados después de comer, sartenes y ollas después de cocinar, cubiertos sucios… El fregadero alberga utensilios de cocina sucios y con restos de comida. Es por eso que los fregaderos son una de las zonas que suelen acumular mayor de cantidad de gérmenes en cualquier casa.
Para evitarlo, lo que todos sabemos y que deberíamos hacer siempre pero que muchas veces lo dejamos por pereza. Limpiar todos los utensilios nada más utilizarlos, o al menos, limpiar bien los platos y cubiertos de restos de comida antes de dejarlos en el fregadero.
Grifos y lavabos
La humedad y la materia orgánica hacen que los grifos y lavabos sean un entorno ideal para las bacterias. Y es que sobre ellos nos lavamos los dientes, nos peinamos, aseamos…
Además, los lavabos suelen ser bastante difíciles de limpiar en profundidad al tener ranuras y recovecos en los que es prácticamente imposible acceder con una bayeta. Como truco cada vez que te laves los dientes en lugar de mirar al espejo y esperar puede pasar un poco de agua para eliminar las motas de polvo u otros restos.
Suelos
Los suelos es normal que sean unas de las superficies con más suciedad. Pisamos por casa con zapatos de la calle, tienen polvo, a ellos cae materia orgánica, restos de alimentos… Son muchas las razones obvias por las que los suelos son una de las zonas con más gérmenes de cualquier casa.
Para evitar toda esta suciedad hay que intentar llegar a todos los rincones cada vez que limpiemos y conocer bien los materiales para no dañarlos.
Pomos y tiradores
Cada vez que entramos y salimos de una habitación utilizamos el pomo de la puerta, por lo que depositamos en él las bacterias de nuestras manos innumerables ocasiones cada día.
Y las puertas y en concreto estos elementos, no suelen limpiarse constantemente. De ahí que sean susceptibles a acumular bacterias y gérmenes. Cuando realices la limpieza general de tu hogar no deberías olvidarte de ellos. Y no solo de los pomos y tiradores de las puertas, también de ventanas y muebles.
Estas son las zonas y utensilios del hogar que acumulan más gérmenes. No debemos nunca olvidarnos de limpiarlos y desinfectarlos correctamente para evitar que sean un foco de contaminación.