Hoy en día la palabra ‘feminismo’ está en boca de todos, pero, ¿cuándo se usa de forma correcta y cuándo se abusa de ella o se tergiversa ésta?

El ‘feminismo’ no es ni más ni menos que la búsqueda de la igualdad en derechos y aceptaciones sociales de la mujer frente al hombre en un mundo mayoritariamente patriarcal. Y hablamos de igualdad, no de supremacía femenina, pero actualmente el desconocimiento del significado de este término lleva a confusiones bastante graves respecto a un movimiento apoyado tanto por mujeres como por hombres, un movimiento que todos deberíamos apoyar.

La violencia de género es un problema social con consecuencias aterradoras, y la mayor parte de los casos provienen de un machismo derivado de unas costumbres o pensamientos asentados desde hace muchos años sin fundamento alguno. Tenemos que darnos cuenta de que el mundo evoluciona poco a poco y nosotros tenemos que hacerlo con él, tanto económica, como política, como socialmente.

Las reivindicaciones de los colectivos feministas defienden la igualdad de la mujer y el hombre en todos los ámbitos de la sociedad, tanto en el trabajo, como en la familia, como en la evolución de un país a fin de cuentas. Lo que no tenemos que hacer es confundir dicho término con los pequeños grupos que han surgido en los últimos tiempos abogando por una superioridad de la mujer, los que hay que apartar de esta idea al igual que debemos rechazar los machismos y micromachismos latentes de una manera muy activa en nuestra vida diaria.

Parece que le tenemos miedo a una palabra que nada tiene que ver con los tintes radicales de los que se la ha teñido en muchos casos, ya que al fin y al cabo hombres y mujeres no somos más que personas, por lo que derechos y obligaciones deberían ser iguales para ambos sexos.

Superemos el pasado y construyamos una sociedad acorde a nuestro tiempo.