Como bien se sabe la base del autismo es la herencia genética y si se está pensando en tener otro hijo cuando se tiene ya uno con autismo, es normal que venga la duda sobre el riesgo de que el siguiente niño también tenga autismo.
Cuando se tiene un hijo con autismo hay de un riesgo de 5% a 18% de tener otro hijo con autismo, y si se tienen ya 2 hijos con autismo el riesgo será mayor en un tercer hijo con el mismo diagnóstico. Definitivamente, entre más miembros de la familia tengan el trastorno, mayor será el componente y riesgo genético en esa familia.
Por ahora no se ha podido diagnosticar el autismo hasta los 8 a 10 meses del bebé, sería muy útil que pudiese ser antes pero por ahora no hay una manera de saberlo, los bebés que muestran síntomas de autismo en estos meses son bebés que no responden a su nombre, es más difícil de consolarlos cuando algo sucede, o son muy tranquilos; lo que los especialistas llaman pasivos.
Actualmente médicos de diversos países del mundo estudian en conjunto la manera de poder diagnosticar o detectar cuestiones biológicas y comportamientos para poder diagnosticar más pronto el autismo así como detectar posibles factores de riesgo y señales neurobiológicas más comunes que llevan al diagnóstico de autismo.
Si se ha tenido un hijo con autismo y otros sin el síndrome no se debe de tratar a nadie diferente ya que al hijo sin autismo le costará trabajo entender al situación de su hermano pero lo entenderá; aunque también resentirá si se le quita atención o se le trata de una manera diferente, por lo que es de suma importancia dedicarle un tiempo de calidad a ese otro u otros hijos que se tienen para que en familia y unidos puedan sacar adelante al niño con autismo y todos sean comprendidos y atendidos como se requiere.