Las ventajas de las minicunas van más allá de parecer un mero adorno bastante añorable a simple vista, ya que destaca por ser una cuna de un tamaño mucho menor de lo que más de uno podría imaginar en un principio.

Las facilidades que le debemos dar a un recién nacido no son simplemente por un capricho y una intuición hacia nuestro bebé de darle lo mejor simplemente por ser nuestro, sino una cuestión de lógica mayor: Los mejores cuidados asegurarán una mejor calidad en la vida de nuestro bebé.

Uno de los productos más curiosos y que seguro que muchos desconocen son esas minicunas, unas cunas en miniaturas que están fabricadas con mimo y con cariño y que tiene una función mucho más clara de lo que se piensa:

Desacostumbrar a una criatura a algo completamente distinto a lo que ya ha visto es muy perjudicial, pero es algo que a lo que tiene que acostumbrarse sí o sí, al nuevo mundo, a lo diferente. Sin embargo, facilitar el cambio es nuestra misión y responsabilidad, motivo por el cual existen estos aparatos, que ayudan al niño a sentirse mucho más acogido de lo que en una cuna tradicional se tratara.

Al ser de un tamaño mucho menor, el recuerdo con sus primeros instantes de conciencia coinciden y conectan, haciendo un efecto bálsamo como el que sucede cuando lo pegamos al pecho de la madre y lo dejamos durmiendo, escuchando sus latidos, algo completamente lógico y que sigue funcionando luego, a la edad adulta, cuando nos sorprendemos a nosotros mismos durmiendo en posición fetal.

Por eso mismo, aunque parece un capricho más, acostumbrar a la criatura a algo como esto no hace sino facilitar un tránsito y por lo tanto nos permite acercarlo más a esa vida nueva y plena que tanto le aguarda.