¿Ya te diste cuenta? Hoy luces más bella que nunca y si te miras en el espejo, verás que tu look es francamente espectacular, pero algo le hace falta a tu imagen: los zapatos… no has elegido los zapatos. Sabemos que estos accesorios son súper importantes para ti, pues en ellos encuentras seguridad, comodidad y satisfacción. El problema es que entre sandalias, botas, tacones y un millón de opciones más resulta sumamente complicado tomar una decisión. Por eso, te compartimos algunos tips para que sepas cuándo y cómo utilizar distintos tipos de calzado.

  • Sandalias, más que un calzado de verano. Al hablar de sandalias, la mayor parte del mundo piensa en zapatos coquetos, pero informales, sin tomar en cuenta todo lo que pueden ofrecer. Es verdad, las sandalias –sobre todo, las bajas– son ideales para looks frescos y súper sexys, típicos de primavera-verano, periodo en el que lucir las piernas se convierte en una tendencia.

Pero las sandalias pueden formar parte de outfits mucho más sofisticados. Si tienes que ir a una junta de trabajo y sabes que tardarás mucho tiempo en salir, puedes cambiar las zapatillas por unas sandalias negras semibajas (con un tacón pequeño) y combinarlas con un trajecito gris y una blusa blanca. Si lo que quieres es asistir a un evento nocturno ­–tipo coctel–, tampoco hay problema, sólo tienes que mezclar unas sandalias bajas con un vestido asimétrico en color claro, a la altura de la rodilla.

En cualquier caso, el uso de las sandalias hará necesario que muestres algo de pierna, así que te recomendamos mantenerlas sanas e hidratadas. Lo mismo aplica para tus pies.

  • Botas, un calzado para todo el año. Sí, aunque te parezca increíble, las botas son una opción para los 365 días del año, siempre y cuando definas el estilo que va con cada temporada. Para primavera-verano, el estilo ‘abotinado’ es lo in. Hablamos de botas cortas, en tonos tierra, marrones y cremas, que se combinan con minifaldas, shorts y pantalones de mezclilla –principalmente–, aunque también pueden funcionar con faldas y vestidos ligeros, hechos de seda, manta y algodón.

Para el otoño, cuando ganan protagonismo los suéteres, las mallas, los leggins y las faldas largas, las botas en tonos neutros y oscuros son un must have. Además, la longitud de este tipo de zapato crece, aunque sin sobrepasar el límite de las rodillas. En invierno, la mayoría de botas tiene cabida, incluso, las que llegan hasta los muslos. Los tonos preferidos son el gris y el negro, y hay un elemento que se incorpora a la manufactura de este calzado: el peluche, muy ad hoc a la presencia de abrigos, ponchos y capas.

  • Tacones y sus reglas de oro. El sueño recurrente de muchas chicas es brillar con unos preciosos stilettos, sobre todo, si tienen el tacón más alto del mundo. Pero usar esta clase de zapato no sólo es cuestión de soñar, sino de saber cómo y cuándo es apropiado hacerlo. Los tacones son ideales para outfits que incluyen vestidos, minifaldas y jeans, pero jamás para looks deportivos.

En cuanto a las combinaciones, el color de estos zapatos tiene que diferir del tono presente en el atuendo para evitar que tu imagen se vuelva monótona. Con respecto a la longitud, hay que decir que los tacones altos te ayudarán a estilizar tus piernas y a lucir mega sexy, pero te causarán problemas si no practicas con ellos antes de utilizarlos. Los tacones gruesos y más bajos, por su parte, te brindarán mayor estabilidad y disimularán el grosor de tus piernas, especialmente si tu complexión es robusta, excepto en el caso de que tengan colores muy saturados.

Ahora, ya puedes elegir los zapatos ideales para completar tu look.