Por la experiencia de muchos padres, algunos niños no aguantan con paciencia la espera durante una visita médica, y en ocasiones resulta una verdadera odisea. Una realidad es que los niños en general y los niños con autismo desde el momento en qué nacen y durante todo su desarrollo, deben tener visitas periódicas al pediatra por diversas razones.

Pocos niños pequeños acuden al pediatra de buena gana, a veces por experiencias desagradables anteriores y otras veces porque ellos mismos creen o suponen situaciones más terribles que las que realmente van a pasar.

Algo de lo que puede suceder y lo que se debe de hacer al asistir a una cita con el doctor:

  • Llantos y Pataletas. Ni la buena voluntad de los padres ni la experiencia del médico pueden evitar en muchos casos, los llantos y las pataletas, es normal que el niño se asuste y llore, tanto los padres como los pediatras deben intentar explicarle las cosas.
  • Los padres además tienen la importante labor de hacerle compañía y hacer que el niño no se sienta solo en esa experiencia poco agradable.
  • Aunque las palabras por lo regular son tranquilizadoras, es difícil que un niño muy pequeño entienda el motivo de la visita o la necesidad de una vacuna y acceda a ello voluntariamente.
  • De la misma manera que es conveniente explicar las cosas, también se debería no engañar a los niños. Por ejemplo decirles que no se les va a inyectar cuando toca una vacuna, o decirles que el piquete no le va a doler.
  • Evita utilizar la visita como castigo o amenaza, la típica amenaza ”Si te portas mal, el doctor te va a inyectar”.

La compañía y el afecto de los padres es muy importante durante la recuperación de las enfermedades. También deben intentar transmitir seguridad y tranquilidad y no transmitir su propia ansiedad ante alguna situación que involucre al niño.

Los niños con autismo comprenden mejor las cosas por medio de imágenes, el juego simbólico permite al niño manifestar sus sentimientos y miedos. Jugar a que son doctores puede ser una forma estupenda de preparar al niño para la visita al doctor.

Los padres y los hijos pueden ejercer diferentes roles en el juego y así ayudar a sus hijos a superar algunas experiencias vividas o por vivir y será de gran utilidad para los niños con autismo.