La Acupuntura es una de las diversas prácticas médicas de la medicina china antigua, no debe separarse del todo de la medicina china ya que es el conjunto de la misma la que le da su consistencia, se trata de una forma distinta de entender la enfermedad, tanto en su forma de producción, su evolución, su pronóstico y por supuesto su tratamiento. Así pués hemos de acercarnos a ella dejando un tanto de lado, ya que no del todo, la visión occidental de la enfermedad y sobre todo de los enfermos. Hablaremos aquí de una tradición médica de más de 4000 años, los textos clásicos se remontan  con seguridad al siglo III antes de Cristo, en ellos se describe con precisa exactitud, la teoría y la práctica de sus diferentes técnicas.

Para la medicina china es imposible separar el cuerpo de la mente, es un todo, y como tal sufre los trastornos que aquejan al individuo.

La medicina china entiende como causa fundamental de cualquier enfermedad la alteración del equilibrio energético de la persona, en unas ocasiones de procedencia externa, en otras la mayoría de origen interno y todas sus actuaciones tienden al restablecimiento del equilibrio para recuperar la salud.

Según la tradición el cuerpo humano está surcado por una serie de canales por los que circula la energía, diferente según su origen y su utilidad, existe la nutritiva, la defensiva, la ancestral o heredada, etc.., éstos canales son los llamados mediríamos de los que existen 12 principales y otros secundarios, más otros denominados Maravillosos, éstos canales recorren todo el cuerpo uniendo lo profundo (órganos y vísceras) con lo superficial, lo alto con lo bajo, lo anterior con lo posterior, y en ellos se encuentran los puntos en un número variable para cada uno de ellos y cada uno de ellos con una función específica, su nombre en chino suele referirse a ella, éstos puntos tienen una profundidad variable y es posible estimularlos con diferentes medios, la aguja, el calor, la presión o el masaje.

La Acupuntura es uno de los pilares básicos del tratamiento en medicina china, consiste en implantar finas agujas en la piel de los enfermos, en ésos puntos muy determinados, puntos que tienen una función concreta y en último término pretenden  la recuperación del equilibrio energético perdido y de ésta forma curar al enfermo.

Con la inserción de éstas agujas producimos un efecto específico, por ello lo más importante es el correcto diagnóstico, sin él no podríamos determinar que puntos son los apropiados a cada caso, éste diagnóstico lo hacemos fundamentalmente a través de la historia clínica y de unas prácticas tradicionales como la pulsología china, hoy en día no sería lícito dado el avance tecnológico de la medicina occidental, dejar de lado la analítica, las radiografías, la resonancia magnética o el TAC, por ello reunimos todo ello para hacer un mejor diagnóstico.

Lógicamente el número de agujas dependerá de cada individuo, así como el tiempo que deberán estar y la frecuencia en que deberá tratarse,  la profundidad de la inserción dependerá del punto ya que existen unos más superficiales que otros.

Conjuntamente a la acupuntura, la medicina china utiliza otras técnicas complementarias, la moxibustión, o calentamiento de los puntos,  la gimnasia, el masaje, la alimentación y los productos naturales elaborados en diferentes formatos ( la fitoterapia occidental ) y recurre cuando es necesario a la cirugía.

De lo anteriormente expuesto se desprende que podemos tratar mediante ésta técnica cualquier tipo de enfermedad, pero hemos de tener presente que tal y como ocurre con la medicina occidental convencional, en unos casos podremos optar a la curación mientras que en otros solo podremos optar a la mejora de la calidad de vida al existir lesiones estructurales que seran una barrera para la curación total.