¿A quién no se le han acabado a veces las ideas para hacer primeros platos variados y nutritivos? Lo habitual es que tengamos en mente una serie de alimentos básicos que vamos combinando con otros. Estos suelen ser la pasta, el arroz, las legumbres, las patatas…
Pero también hay alimentos realmente ricos y dinámicos que combinan perfectamente con verduras, hortalizas, carnes… y no siempre se nos ocurren. Este es el caso del famoso cuscús. El cuscús es la sémola del grano de trigo duro.
El trigo duro se compone aproximadamente de: 14% de proteínas, 67% de hidratos de carbono, 2% de grasas, 3% de celulosa y 12% de agua. Contiene todos los minerales importantes para la alimentación: fósforo, magnesio, calcio, hierro, potasio, sodio y oligoelementos. Contiene pro-vitamina A, vitamina B1, B2, B6, PP y E además de ácidos grasos insaturados, lecitina y esteroles.
Así, vemos que el valor nutritivo del cuscús es muy importante.
Hay culturas como la magrebí y muchas otras del norte de África que lo utilizan diariamente para su alimentación, es su base alimentaria. En la cocina de occidente ha sido muy bien aceptado ya que es muy fácil de preparar, se cuece muy rápido, es nutritivo y combina con casi todo. Existen muchas recetas elaboradas a base de cuscús. Se puede consumir en caliente, al vapor o simplemente echando caldo bien caliente encima y dejándolo reposar. Se puede acompañar con carne, pescado, verduras… En verano es muy rico prepararlo en forma de tabulé, con hortalizas, menta fresca y limón; o bien utilizándolo como base para preparar ensaladas variadas, por ejemplo con tomate, queso fresco, pasas…
En general es un plato muy agradable al paladar, suave, de fácil digestión y muy sabroso. Si lo introducimos en nuestros menús y en casa tenemos niños, seguramente les va a gustar mucho. Lo podemos presentar desmoldado, tipo flan, esto hará que desde un principio les sea muy apetitoso solo con mirar el plato.