Se considera alimento cualquier sustancia ingerida con fines nutricionales para mantener las funciones fisiológicas del organismo, de forma que se mantenga sano.

Desde mi punto de vista, además de que tengamos en cuenta una buena elección de la comida y el agua, también ingerimos otras “sustancias” que influyen de forma importante en nuestra fisiología:

El siguiente en la escala de densidad, después de la ingesta sólida y liquida, viene el aire, otro elemento vital. No deja de ser el primer alimento de un ser vivo, el primer aliento. Si escogemos diferentes tipos de comida e incluso hoy poseemos cartas que nos muestran los distintos tipos de aguas,¿ por qué no consideramos respirar distintos tipos de aire?, no es lo mismo respirar aire en la ciudad, en la orilla del mar, en un bosque… Poder hacer escapadas a distintos lugares que puedan contener también distintos tipos de aires, como parte también de una alimentación sana.

Los siguientes elementos nutritivos en la escala de densidad, pasarían a estar dentro de los “intangibles”, porque aún no poseemos algo que nos mida que tipo de “sustancia” contiene, pero que son sin duda elementos que ingerimos o creamos y que también afectan a nuestra química orgánica, me refiero a:

  • Alimento emocional
  • Alimento mental
  • Alimento espiritual

De la misma manera que cuidamos el tipo de comida que tomamos, la cantidad y calidad de la misma, sería bueno empezar a tener en cuenta el tipo de alimento emocional, mental y espiritual que también “ingerimos”, “procesamos” y almacenamos en nuestro organismo, porque al fin y al cabo es con este alimento con el que construimos la ilusión y la motivación y con ellas nuestra conducta, comportamiento y actitud. También podemos construir la apatía, la desmotivación, la frustración, el fracaso, etc. Depende como nos alimentemos emocional, mental y espiritualmente obtendremos uno u otro.

Es importante que tengamos presente la gran influencia de estos alimentos, porque además, está demostrado que una nutrición sana mejora el estado anímico y vital de la persona, de la misma manera que un buen estado de ánimo y serenidad mental ayudan a escoger mejor la alimentación que ingerimos. Por tanto todas las alimentaciones se correlacionan. Cuando estamos mal, comemos mal, sin un buen estado de ánimo no se hace una dieta para adelgazar, por ejemplo.

Si te cuida,s hazlo íntegramente, cuida con qué tipo de pensamientos alimentas tu mente, con qué tipo de creencias alimentas tu espíritu y con qué tipo de emociones alimentas tu alma porque el resumen de todas ellas hará que alimentes bien tu cuerpo creando una excelente motivación y con ella una conducta nutritiva y constructiva para tu vida.