Una emergencia médica es una situación que pone en peligro la vida y debe de recibir tratamiento oportuno. Es importante no solo determinar si la situación pone en peligro la vida, sino el área a la cual se debe acudir para solicitar atención médica y las acciones que podemos realizar para disminuir el riesgo de complicaciones durante el traslado a dicha área.

Según estadísticas de la DGIS (Dirección General de Información en Salud) dentro de las principales causas de muerte infantil se encuentran las complicaciones derivadas por accidentes, infecciones respiratorias y gastrointestinales, etc. Como mamá o papá es valioso que aprendas a identificar y a reaccionar sabiamente ante situaciones de emergencia. Lo más importante es que mantengas la calma.

A continuación te presentamos las cuatro principales emergencias que se pueden presentar en el hogar y como identificarlas.

¡Mi hij@ convulsiono!

Las convulsiones son generadas por diversas causas entre las cuales se encuentran la fiebre elevada (recuerda que cada niño es diferente y algunos toleran temperaturas más elevadas que otros así que no existe una cifra que “avise” que pueden llegar a presentarse), epilepsia, meningitis, etc.

No todos los niños presentan convulsiones de la misma manera. Hay que mantener la calma para detectar el tipo de movimientos (bruscos, finos, que parte del cuerpo se mueve), duración de los movimientos, si tiene pérdida de la conciencia, si presenta algún otro síntoma como vómito, etc.

¡Mi hij@ esta deshidratad@!

Las infecciones gastrointestinales principalmente (vómito y diarrea) y algunas infecciones de vías respiratorias que ocasionan inflamación y dificultad para deglutir pueden llegar a ser las responsables de que los niños presenten deshidratación. Los niveles de deshidratación son los siguientes:

  • Leve: Sed y en algunos casos dolor de cabeza e irritabilidad.
  • Moderada: Dolor de cabeza, irritabilidad o decaimiento, ojos hundidos (fontanelas hundidas en bebes), mucosas de nariz y boca secas, sed, piel seca, labios resecos.
  • Severa: Somnolencia extrema, inconsciencia, incapacidad para beber e ingerir alimentos, pulsos ausentes o no contables, piel extremamente seca.

Se considera una emergencia la deshidratación moderada a severa. En caso de presentar diarrea y vómito es importante determinar el número de veces que ha vomitado, características (color, aroma, etc), medicamentos que se hayan administrado para dar tratamiento, etc.

¡Mi hij@ no puede respirar!

Las infecciones respiratorias ocasionan en algunos casos que se produzca exceso de moco y/o flemas, inflamación de garganta, tráquea o bronquios, tos, dolor al respirar o alguna otra molestia que impida que los niños respiren adecuadamente.

Se considera una emergencia médica si el niño presenta dificultad para realizar sus actividades cotidianas, tos, silbidos o sonidos roncos al escuchar su pecho, cambios en la coloración (tonalidad azulada en piel, labios y uñas), somnolencia excesiva, pérdida de la consciencia, etc. En los bebes: coloración azulada en labios, manos y pies (incluso generalizada), aleteo nasal, “hundimiento” del tórax, costillas marcadas, movimiento del pecho y el abdomen sin coordinación.

¡Mi hij@ sufrió una caída, golpe, herida, etc!

Los accidentes en casa o en vía pública son comunes en niños pequeños y bebes principalmente. Pueden presentarse golpes, caídas, fracturas, heridas, etc. Lo importante es determinar el sitio afectado, el objeto o superficie (donde se golpeó al caer o con el que se ocasiono la herida, fractura o golpe), presencia de sangrado.

En el caso de golpes que afectan la cabeza o el cuello es importante acudir al servicio de emergencias para descartar complicaciones internas y estar al pendiente de la presencia de cambios en el comportamiento, vómito, sangrado nasal y/o en oídos, dolor de cabeza. En caso de lesiones severas en cuello es importante no movilizar el cuello y llamar inmediatamente al servicio de emergencias.

Cuando se es mamá o papá es difícil mantener la calma en situaciones de emergencia, pero es de vital importancia hacerlo ya que solo así se pueden tomar decisiones sabias y actuar oportunamente, además de identificar algunos otros síntomas asociados a la situación y que pueden ser clave en el diagnóstico y tratamiento.