Hay personas a las que les gusta la amabilidad fingida, los espacios impersonales y seguir unas rutinas sin sorpresas. Se sienten a gusto y les sirve para concentrarse en desempeñar un trabajo que no requiere de grandes dosis de creatividad ni de conexión personal. Es el tipo de hotel que encanta al protagonista de Up in the Air encarnado por George Clooney. Como la película ya predecía, esos tipos de trabajo cada vez son más escasos y las funciones de esas personas serán sustituidas en gran medida por la tecnología.

Ahora, muchas de las personas que viajamos, ya sean por motivos de trabajo o de ocio, buscamos experiencias que nos sorprendan y aporten algo en nuestras vidas. Espacios inspiradores, relaciones de valor entre personas y opciones de ocio que encajen a la perfección con deseos que aún desconocemos.

Que tendencias como el bleisure estén creciendo sin parar, muestra el deseo que tenemos las personas por conocer, aprender y divertirnos.

La idea tampoco es que se sienta como en casa, porque para eso se quedará en su casa o si tiene que quedarse a dormir puede hacerlo en casa de otro con Airbnb por ejemplo.

Entonces, que es lo que puede hacer que una persona quiera alojarse contigo, si no le interesa dormir en un hotel, pero tampoco quiere sentirse como en casa. Lo que queremos es sentirnos «arropados» durante el viaje, que nos ayuden a conocer esos lugares que les interesarán, ser sorprendidos de alguna manera y encontrarnos con personas afines a nosotros .

A continuación te muestro algunas sugerencias para conseguirlo:

Difuminar los espacios

En el momento del diseño de las instalaciones, es cuando debemos pensar en el recorrido de los huéspedes por el hotel y la polivalencia que pueden tener los distintos espacios. Tener espacios vacíos durante gran parte del día me parece un lujo innecesario y una verdadera lástima.

Reducir las tareas administrativas

Especialmente a la llegada y a la salida del hotel, tienen lugar una serie de procesos, que hacen perder tiempo al huésped y no le aportan nada de valor a su experiencia. La tecnología nos está ayudando a reducir esos tiempos, pero creo que la solución pasa porque cada uno cree formulas, que posibiliten la integración de esas tareas con momentos valiosos para el huésped.

Ofrecer mapas digitales personalizados

Lugares de opinión como TripAdvisor y apps de reservas de actividades pueden ser de mucha ayuda y, aunque puede que más adelante, puedan conocer al huésped tan bien de forma que le ofrezca lo que quiere, en el momento que lo quiere, aún no estamos en ese punto. Y por ello, ofrecer una selección de los lugares que representan a tu hotel en su entorno, a través de un mapa personalizado digital, es una buena idea.

Crear eventos que integren a vecinos y viajeros

Atraer a parte de la comunidad local e integrarla con los viajeros es una de las estratégias ganadoras a largo plazo. Por una parte el vecino perderá el “miedo” de entrar en tu hotel, pudiendo convertirse en un potencial usuario de tu restaurante, bar e incluso organizar su propio evento. Por otra el viajero, sentirá que está conociendo la ciudad de una forma más auténtica.

Que el equipo este alineado con el concepto del hotel

La pongo la última, pero quizá es la más importante y en la que hay que pensar en primer lugar. Trabajar con personas que tienen un estilo de vida y personalidad que encaja con lo que ofrece el hotel es una de las claves para que este evolucione de forma natural. Debemos tener esto muy claro a la hora de contratar, tanto a los trabajadores internos, como a colaboradores externos, proveedores, etc.