Al comienzo de la ola de calor, todos nos apresuramos a ponernos ropa fresca, a salir de casa a las horas más tardías armados con una botella de agua y a aplazar el deporte a primera hora de la mañana.

Debemos darnos cuenta de lo peligroso que es descuidar nuestro cuerpo y sus necesidades cuando el termómetro marca temperaturas tan asfixiantes, sobre todo si tenemos a niños y a personas mayores a nuestro cargo.

Los golpes de calor son una de las consecuencias más graves que tienen las temperaturas tan altas y debemos estar muy atentos para evitar que nosotros o las personas más sensibles puedan sufrirlas.

¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor?

  • Piel seca sin sudor
  • Pulso acelerado
  • Temperatura corporal superior a 40º sin estar sufriendo gripe o infección
  • Mareos
  • Confusión mental

¿Qué debemos hacer si notamos los síntomas del golpe de calor?

Es muy importante acudir a un hospital con la máxima urgencia, ya que un golpe de calor puede inducir un coma y después, puede provocar la muerte. Esto es especialmente importante en el caso de personas mayores o niños, sobre todo si son menores de cuatro años.

Antes de sufrir un golpe de calor es posible sentir el llamado ‘estrés por calor’, una sensación de tristeza y hartazgo de las altas temperaturas que cursa con debilidad, dolor de cabeza, malestar, pequeños mareos y temperatura corporal alta.

Hay que estar atentos porque este puede ser un paso anterior al golpe de calor. Para poder evitarlos, como os comentamos en el anterior post, debemos hidratarnos mucho, intentar mantener fresca la casa y nuestro cuerpo, usar ropa ligera, no salir en las horas más sensibles y evitar hacer deporte en los días de mayor calor.

Si no disponemos de aire acondicionado en casa, podemos ir a pasear o a tomar algo a un local que sí tenga, ¡aunque sea un centro comercial! Esa tregua para el cuerpo será la clave para no sufrir consecuencias desagradables derivadas del calor.