En todos los grupos sociales hay normas implícitas y explícitas para lograr armonía en la convivencia. El yoga no es la excepción, y aunque estrictamente no hay prohibiciones ni reglamentos, creo que implícitamente todos los yogis debemos de llevar ciertas acciones a cabo para mantener activa la energía durante la práctica. Por eso a continuación propongo Los 10 Mandamientos del Yogui para una mejor convivencia:

No me comparo

Cada cuerpo es diferente, todos tenemos nuestras fortalezas para realizar alguna postura y nuestras debilidades para otras. Nunca te compares si algo no te sale, nunca te compares si a los demás no les sale lo que a ti sí. Hay días muy buenos donde sientes que llevas tu práctica a otro nivel, hay días donde la energía anda más baja y vas a un ritmo más calmado. Recuerda que cada tapete es un mundo.

Dejo el Ego afuera del salón

Yoga es unión de mente y cuerpo, no una competencia acrobática. El ego se queda afuera y la entrega es la única que debe entrar a la práctica.

No me reiré de mis compañeros

Es muy común durante la práctica ver como algún compañero cae, escuchar algún ruidito fisiológico en el salón y no falta quien canta los mantras a destiempo. La práctica es muy personal y reírte de los errores de los demás puede ser muy incómodo para tus compañeros. No lo hagas, a todos nos puede pasar.

Reiré de mi mismo

Todos nos llegamos a caer y no nos debe dar pena si eso nos pasa, porque todas las personas que estamos en la clase sabemos lo que se siente. Así que ríete de tus caídas, levántate y vuelve a intentar.

Apagaré el celular

Es muy entendible si eres médico o estás muy pendiente de alguna emergencia. Pero sí distrae mucho cuando un teléfono suena, ya sea una llamada o un mensaje, se puede llegar a perder la concentración. Todos llegamos a tomar fotos en algunas clases especiales, se vale mientras no distraigas a todos, y puedes esperar al final de la clase para subirla a tu Red Social favorita, no pasa nada si no la compartes en tiempo real. Aquí entra el criterio propio y si decides usar tu teléfono durante la clase que sea por algo que en verdad no pueda esperar.

No corregiré a mis compañeros

A menos que seas el maestro de yoga, o quien le ayude a realizar ajustes durante la clase, no suspendas tu práctica por corregir los errores de tus compañeros. Mejor enfócate en dar lo mejor de ti en cada postura. Deja que el maestro guíe la clase y dedícate a disfrutarla.

No me adelantaré

Sólo en Mysore y la práctica en casa son la excepción de la regla. No importa si ya te sabes la secuencia con los ojos cerrados, en una clase guiada no te adelantes, nunca sabes cuando el maestro hará alguna variación, te puedes sorprender. Además aprender a escuchar es un excelente ejercicio para la mente, ya que activa tu sentido de alerta.

Dejaré espacio para mis compañeros

El yoga se ha vuelto tan popular que es muy común que los salones estén repletos, si ya sabes que eso puede pasar entonces deja el espacio suficiente para que quienes vayan llegando se puedan incorporar.

No roncaré

La postura final y la más retadora es sin duda Savansa, es el momento de la relajación. Esta postura sirve para soltar el cuerpo, la respiración y la mente. ¿Por qué es un reto? Porque después de una intensa práctica de yoga es muy fácil quedarse dormidos, y por consecuencia vienen los ronquidos. Savasana es relajación consiente, sigamos el reto para no quedarnos dormidos y cumplir el propósito de la postura.

Mantendré una sonrisa durante la práctica

Hay posturas que duelen, finalmente el yoga implica un gran esfuerzo físico. Si tratamos de mantener una sonrisa durante la práctica es muy probable que logremos disfrutarla aún más.

¿Cuál me hace falta?

¡Si tienes algún otro mandamiento se vale compartirlo!