La obesidad es la acumulación de grasa en el cuerpo de manera excesiva, lo que causa sobrepeso y puede traer consecuencias indeseables para quien la padece, se debe, entre muchos factores, a los malos hábitos alimenticios y de vida en general. Actualmente es una problemática universal que se deja ver más en las ciudades más grandes y con mayor índice de personas inactivas que pasan todo el día con vidas sedentarias.
La problemática no sólo se centra a nivel personal o individual, con el paso del tiempo se ha vuelto un problema de salud pública, ya que deriva hacia muchos otros padecimientos que tienen un costo elevado por la cantidad de personas obesas que va en aumento, en los Estados Unidos de América, por ejemplo, se considera un problema grave de salud pública, ya que se ha reportado que alrededor del 65% de los habitantes adultos son obesos. Si más de la mitad de la población adulta está siendo partícipe de la estadística poco alentadora, entonces es claro que de hecho se trata de un problema colectivo, público, social.
Las causas de la obesidad incluyen más que únicamente los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo, también se encuentran factores genéticos, mal funcionamiento de algunas glándulas como la tiroides, algunas patologías psicológicas y el comportamiento del sistema nervioso ante las mismas. La acumulación de grasa excedente se debe a que el cuerpo consume más calorías de las necesarias, lo que ocasiona que almacene la energía que no aprovecha en forma de grasa para ser usada después, siendo así que la actividad física que realiza es menor en comparación con las calorías consumidas. Si se llega a un nivel extremo de obesidad, los problemas como la Diabetes, la hipertensión y las enfermedades coronarias comienzan a presentarse repentinamente.
Anteriormente se habló de que la genética es un factor posiblemente detonante, sin embargo también podemos hablar de la herencia cultural, ya que los hábitos alimenticios se heredan de generación en generación, conservando algunos que no son del todo saludables, aunque se desconozca su naturaleza.
Los niños en países pobres suelen recibir una nutrición deficiente, lo que orilla a los padres a consumir productos baratos, ricos en grasa, azúcar, sal y pobres en micronutrientes necesarios, debido al costo tan reducido en comparación con una comida satisfactoria. Si a esto se le suma la nula o escasa actividad física se puede inferir que la obesidad se hará presente, es así que la obesidad infantil ha ido en aumento, sin embargo la obesidad no es igual a nutrición plena. Los problemas de desnutrición infantil son tan alarmantes como los de obesidad, y están presentes de igual manera en las circunstancias de pobreza.
Un individuo que crece en un entorno donde las personas con las que convive sufren de obesidad es más propenso a desarrollar la condición que alguien que se rodea de personas con hábitos distintos y más saludables. Sin embargo, en una sociedad como la contemporánea, las patologías psicológicas también ponen en manifiesto la presencia del padecimiento como consecuencia directa de algunos problemas como los trastornos de ansiedad y otros trastornos de auto percepción corporal, es así que la misma sociedad empuja a las personas a desarrollarlos.
Es importante mencionar que las consecuencias del sobrepeso y la obesidad no son transmisibles, sin embargo sí pueden complicarse si es que no se trata a tiempo de manera general. Específicamente las enfermedades cardiovasculares como la cardiopatía y el accidente cardiovascular suelen ser las principales causas de muerte entre gente con sobrepeso. Las campañas públicas, por lo menos en México, han propuesto iniciativas interesantes para que esta condición se prevenga desde la infancia, sin embargo las cifras que se arrojan son alarmantes, donde casi el 70% de los adultos tienen sobrepeso, lo que incrementa los gastos en materia de salud pública y provoca un déficit en las atenciones que se deberían dar a las personas.
La prevención suele ser la mejor arma en contra de la obesidad, sin embargo también hay alternativas para revertirla y hacer un modo de vida más saludable, el cambio de hábitos alimenticios y personales suele ser la primera recomendación, pero también hay tecnologías aplicadas a la cirugía que permiten, por ejemplo, engrapar el estómago con un Bypass, o colocar una pelota gástrica para que el paciente reduzca drásticamente sus ganas de comer y tenga una sensación de saciedad más rápida que usualmente.
Existen tratamientos farmacológicos eficientes, sin embargo se sugiere que sean prescritos por médicos capacitados, con experiencia y convicción por ayudar a las personas a lograr sus objetivos, se recomienda asistir a clínicas prestigiosas con la trayectoria necesaria para brindar confianza y seguridad de que todos los procedimientos que puedan realizarse sean los mejores, con la mejor atención y facilidades, como lo es el Hospital ABC Santa Fe, cuyos programas de reducción de peso se adaptan a las necesidades del paciente con el fin de mejorar su calidad de vida para lograr la plenitud y los objetivos personales.
Además es necesario mencionar que existen muchísimos estereotipos de las personas obesas, que distan mucho de ser realidad. El estereotipo es igual de nocivo que la obesidad misma, puesto que el rechazo social que se sufre por la condición es causa de muchos otros problemas psicológicos y sociales, sin embargo también es dependiente directamente de la autoestima de cada persona y su concepción propia del mundo y de sí mismo.