Saber que tenemos diabetes produce un severo impacto  por el que nadie quiere pasar. Es un proceso que cambia la vida desde el segundo en que escuchamos el diagnóstico del médico. Aún si sabemos que podríamos padecer esta enfermedad por antecedentes familiares, es normal sentir ese hueco en el estómago y la angustia que acompaña una noticia así.

Después de una noticia de esta magnitud, un torrente de emociones se empieza a crear, es una situación muy estresante llena de dudas e incertidumbre. Cuando pasamos por un diagnóstico así,  es común que enfrentemos varias etapas sentimentales similares a las de cualquier otro padecimiento o pérdida: negación, miedo y enojo. Pero debemos aceptar el diagnóstico y comenzar con el tratamiento lo antes posible, pues así podremos controlarla mejor y empezaremos a aceptarla como parte de nuestra vida.

Es muy importante decir que el padecimiento es controlable por completo si se sigue un régimen de vida saludable. El apoyo emocional también es fundamental para que puedas superar estas etapas y vivir plenamente. La vida no se acaba con la diabetes: sólo cambia. Ahora hagamos un breve recorrido por las emociones que se suscitan ante este diagnóstico, pues es importante conocerlas y saber cómo abordarlas para entender mejor el proceso por el que tú mismo o algún ser querido están pasando.

La negación es una de las primeras emociones. Después del balde de agua fría que representa la noticia, en un principio podemos creer que el diagnóstico no es el correcto y correremos con otro especialista para que nos confirme la mala noticia. Es normal, nadie quiere tener un cambio drástico de vida, y en ese momento la reacción más común es negar lo que está ocurriendo.

Pero debemos aceptar que es una realidad, ya que al no creer que estamos pasando por una situación así, retrasamos el  tratamiento para la diabetes, poniendo en riesgo nuestra salud. Al no actuar inmediatamente los daños seguirán acumulándose y la enfermedad será cada vez más difícil de controlar.

Muchos pacientes que han tomado el tratamiento caen también en la negación al no poder sobrellevar el nuevo estilo de vida. Recaen y sufren retrocesos adquiriendo comportamientos que están muy lejos de ayudarles en el control de la diabetes. Muchos ingieren cantidades enormes de alimentos que están prohibidos; lo hacen por temporadas creyendo que nada pasará. También dejan de lado la actividad física o simplemente tienden a posponer su cita con el médico. La buena noticia es que el avance puede recuperarse paras continuar con el régimen que el médico nos ha recetado para controlar de manera eficaz la diabetes.

Para poder vencer este sentimiento de negación es importante que te apoyes en tus familiares y amigos. Así evitas que la confusión y el miedo se apoderen de ti. Y ya concentrado, mantén la atención en tu estado de salud, registra los avances y las sensaciones en tu cuerpo, antes y después del tratamiento para la diabetes. Adaptarnos a este nuevo régimen de vida no será rápido, pero debemos ser constantes y no juzgarnos en cada error que cometamos. La ayuda que recibamos del médico y de nuestros seres queridos será fundamental para salir adelante.

Otro de los sentimientos que nos abruman cuando pasamos por un diagnóstico positivo para diabetes es el miedo. Sí, esta enfermedad puede ser aterradora, pues como hablamos en un principio significa un cambio en nuestras costumbres y modo de vida, y es normal no saber qué es lo que sucederá después, ¿Avanzará más? ¿Qué tan grave es el estado en el que nos encontramos? ¿Cómo afectará mi estilo de vida y mi mente? ¿Qué complicaciones tendré más adelante?

Reconocer que tenemos miedo y sobrellevarlo es la única manera de vencerlo, debemos enfrentarlo y preguntar todo lo que se nos venga a la mente. Que no quede duda porque sólo contribuirá a acumular más temor y confusión, al no tener un pleno conocimiento de la etapa por la que estamos pasando.

Cuando comenzamos el  tratamiento para la diabetes, emprendemos un camino largo en el que requerimos de un absoluto compromiso. Muchas veces el miedo puede ayudarnos a llevar un mejor tratamiento, solo debemos controlarlo y canalizarlo, sin dejar que se convierta en la parte fundamental de nuestra vida. Es cierto que habrá cambios, pero si los sobrellevamos correctamente, todo saldrá bien.

Para controlar el miedo es bueno que conozcamos las complicaciones y los riesgos a los que estamos expuestos a largo plazo; saber qué debemos comer y qué no, qué ejercicios nos ayudarán para mejorar nuestra salud y cuáles podemos adaptar a nuestro estilo de vida. Si sentimos un miedo que nos impida realizar nuestras actividades, debemos recurrir a la ayuda de un terapeuta, y en la medida de lo posible, recordar que ya estamos trabajando para conservar nuestra salud.

Finalmente, otro sentimiento que puede ser recurrente en este nuevo modo de vida es el enojo. Es muy natural sentirnos frustrados y molestos por la situación que estamos viviendo. Esta emoción podemos transformarla en algo positivo, pues puede ser el motor para no dejaros rendir durante el  tratamiento para la diabetes. Es importante canalizar el enojo, pues también puede cambiar y alterar nuestros niveles de glucosa, por lo que saber controlarlo será indispensable.

Llevar un tratamiento para la diabetes y aceptar esta condición puede llegar a ser abrumador, pero en realidad solo debemos tomar en cuenta cuatro puntos:

  • Una buena alimentación recetada y personalizada, por lo que un nutriólogo será también un excelente aliado.
  • Llevar al pie de la letra la medicación y no saltarse por ningún motivo una dosis, además hay que ser constante con las visitas al médico.
  • Hacer ejercicio y decir adiós a la vida sedentaria será de gran ayuda, pues esto además de controlar el peso y reducir las complicaciones, nos ayudará a sentirnos de mejor humor.
  • Ser constantes y monitorear permanentemente el nivel de glucosa para tener un absoluto control de nuestra salud.