Cuando una persona es diagnosticada de lupus, por un lado, tiene que asumir y asimilar la noticia, lo cual es duro porque implica ciertos cambios en la vida. Por otro lado, al fin encuentra una respuesta a toda la sintomatología que llevaba tiempo sintiendo en su cuerpo.

Y, aparte de comenzar un tratamiento, el paciente de lupus en ocasiones debe de llevar a cabo modificaciones personalizadas en su dieta.

Uno de los alimentos que ocasiona controversia entre los médicos que tratan las enfermedades autoinmunes es, curiosamente, el ajo.

Hay expertos que desaconsejan incluir el ajo en la dieta de un paciente con lupus ¿pero por qué? el ajo contiene ciertas sustancias como la alicina, el ajoeno o tiosulfinatos que pueden aumentar la actividad de los leucocitos en sangre, sobre todo los macrófagos (células del sistema inmunitario que se localizan en los tejidos) y los linfocitos (células linfáticas que representan aproximadamente un 30% del total de la sangre periférica).

El ajo, por sus propiedades antiinflamatorias, vasodilatadoras y antisépticas, se suele emplear como suplemento para combatir resfriados e infecciones, y balgunos de sus componentes azufrados pueden ayudar en la prevención del cáncer. Sin embargo, el ajo mejora la respuesta inmune, lo cual puede ser contraproducente para las personas que sufren enfermedades autoinmunes como el lupus.

Es por ello que algunos expertos afirman que el ajo puede ocasionar una reactivación del sistema inmune que puede llevar al paciente a sufrir un brote o un empeoramiento de la enfermedad.

Aún así, muchos pacientes afirman que la única restricción médica con respecto a su dieta han sido los brotes de alfalfa (pues contienen una sustancia, la L-canavanina que puede reactivar la enfermedad) y nunca el ajo. Otros sí que informan del ajo como un desencadenante de sus brotes.

Sin embargo, una gran parte de los pacientes asegura que no hay ningún problema en consumirlo fresco como condimento en las comidas y existen muchos pacientes a los que su médico nunca se lo ha prohibido.

Pero existe un complemento vitamínico de cápsulas de ajo que sí que sienta mal a muchos pacientes. Muchos médicos aconsejan a los pacientes con lupus que eviten el ajo en forma de suplemento vitamínico o de tratamiento alternativo, pero no como condimento.

Por lo tanto, lo ideal para un paciente parece ser evitar los complementos vitamínicos hechos a partir del ajo, pero no suprimirlo de nuestra alimentación como un condimento. Sin embargo, si al comer alimentos condimentados con ajo siente que le está afectando y/o empeorando la enfermedad, lo mejor es que hable con su médico y que busquen una solución alternativa para eliminarlo de su dieta.

¿Cuál es vuestra opinión acerca del consumo de ajo en los pacientes con lupus?